*REFLEXIÓN. 1*
Cuántas veces habré estado en esa especie de bucle mental agotador y aparentemente interminable, en el que todo lo que ignoro en la cotidianidad se me viene encima; algo así como la inspiración, inesperada. Es apasionante, por la cantidad de emociones que produce pensar en el cúmulo de cosas que he vivido, sufrido, sentido o que me quedan por experimentar; pero a la vez me paraliza imaginar la cantidad de tiempo que habré malgastado, los cambios bruscos que he vivido o incluso mirarme a mí misma y no ver quien era hace unos años. El futuro me atrae, mucha gente siente terror hacia él; generalmente viene del miedo a lo desconocido e incontrolable. Me atrae porque me asusta, ese sentimiento místico me fascina, nunca sabes lo que va a ocurrir y ¿qué otra cosa sino el miedo, nos va a dar ese toque de sal a la vida? Otra de las cosas en las que suelo pensar es en el tiempo; fugaz, escurridizo y valioso como nada. Nos arrastra a una velocidad bestial, sacudiéndonos como si f