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Mostrando entradas de marzo, 2016

BÚSQUEDA

A día de hoy todavía seguía buscándola. Sabía que la había dejado en algún lugar, donde su memoria no lograba alcanzar. Lleva tanto tiempo en su búsqueda que le es imposible recordar en qué momento la dejó ir. Puede que algún día se encuentren, nadie sabe si volverían a separarse; o quizás muera sin ella. Y es que la felicidad es una amante de los viajes de ida y un misterio sin respuesta certera en los de vuelta.

ADIÓS

Cuando despiertes y no esté. Cuando falte una maleta y un abrigo en la entrada,  no haya café caliente ni me escuches tararear en la ducha. Cuando en mi almohada fría leas mi adiós, te tortures y preguntes por qué. Cuando me llames sin respuesta y a cada intento un mensaje,  cada cual más desesperado que el anterior. Cuando llores y grites,  cuando me busques y no me encuentres; cálmate y recuerda que al despertar de tu pesadilla seguiré a tu lado, como cada día, cada noche, cada sueño.

EL ÁRBOL

Árbol fuerte, sosteniendo miles y miles de hojas, grandes, hermosas, se entrelazaban unas con otras, escondiendo los secretos de las aves e insectos que vivían en él. Robusto y grueso, destacaba entre los otros, "El Rey del bosque" le decían las miradas sorprendidas. Era alto, ¿qué alto? ¡altísimo! Tenía el mundo a sus pies, y él lo vigilaba. Y era bueno aquel día, cuando amanecían casi todos. Y era suave la brisa, para quienes la sintiesen. Y eran muertas las ramas desde donde un hada triste lloraba la gran pérdida.

RESPETO

Tú que prejuzgas, criticas, miras con extrañeza y rechazas. Insultas, reprimes, marginas y destrozas. Que acosas, golpeas, silencias, acobardas. ¿Y si pruebas a mirar a otro lado, cerrar la boca, juzgarte a ti mismo y guardarte el puño? ¿Y si pruebas a cambiar esa mentalidad de mierda? ¿Y si respetas?

VOLAR

Volar y volar. Sólo que vueles, conmigo, a cada escurridizo momento, no dejes escapar la oportunidad. Vuela... vuela. Déjate vencer por la seda húmeda que va dejando su huella sobre tus alas,  acariciándolas y preparándolas para el despegue. El constante sentimiento de águila sobre las nubes,  rozándole tus plumas. Montañas serenas, azotadas por el calor de su lava, amenazada por el viajante,  insistente, que molesta sus entrañas, que acaban en erupción ardiente. Vuela como nadie sabe hacerme volar, volando juntos al tiempo, vuela mientras sueñas que volando estás. Llegarás a la cima.

PÉRDIDA

Cielo gris; por mi temor a la pérdida de tus ojos que pierden ¿y qué perder si te pierdo? Perder el perderme, perder el perdernos.

BAILA

¡Baila! ¡Sigue bailando! Al son de su voz, al ritmo de sus latidos. ¡Baila, baila! A cada beso que suene, a cada caricia, a cada te quiero. ¡Baila, amor! ¡Sigue bailando!

RECONSTRUCCIÓN

Sonrisas fabricadas, lágrimas petrificadas; la alegría de mi vida en la perla de tu boca. El corazón pendiendo de un hilo, que tensa y no afloja. Constante, paciente; mi llama helada.

CONSTANTE LUCHA

La cabeza sufre lo que el corazón disfruta; llora lo que él no ve; sabe lo que el amor no quiere saber. El corazón se centra en el querer, el sonreír y el placer; ríe de lo que sabe, y sabe sólo lo que quiere reír.

ROSA

Como una rosa blanca con espinas negras; débil su suave pétalo, duro su punzante tallo. ¿Quién sabía que para ser la reina le hizo falta el dolor? Dulce flor que todos ansían agarrar, que nadie se atreve a tocar.

CARPE DIEM

¿Cuándo, en un recorrido de prisa y agobio, te has detenido, sin importar el tiempo y las circunstancias, a observar detenidamente el paisaje? Si te fijas, cada nube puede ser un personaje de la historia que en un segundo inventes, y el cielo el escenario más bonito y gigante en el que representarla. Cada pájaro valiente una oleada de vida y alegría a tu mañana. Los árboles, sabios y llenos de secretos de los amantes que más se han amado en secreto. Agua helada, fuente de la vida eterna, la pureza reflejada sobre sí misma. Pequeñas flores, frágiles, de buen olor y color, que pintan los parques, prados y jardines, dotándolos de la más clara simpatía y delicadeza. Las lejanas montañas, que nos dejan con las ganas de ver más mundo, de conocer más historias, de ver sus espaldas y las de las siguientes. La brisa de verano, o el viento alborotado de otoño que acarician la piel de los que recorren el mundo de un lugar a otro; sin ojos. Llamas vivir a llegar puntual,

ALAS LIBRES

Puedes limitarte pensando que todo seguirá igual,  eso hará que realmente nada cambie. Puedes creer que por la vida sólo pasas y después ya nada de ti queda,  que así será pues. Adelante, sueña en blanco y negro,  témele al color,  a la creación, a la imaginación. No pretendas volar con armadura. Sólo podrás caminar si cargas con el peso del temor. Sólo podrás volar con alas fuertes y libres de escudos.

"¿DE VERDAD ALGUIEN TE AGUANTA?"

"¿De verdad alguien te aguanta?" En ese momento tu corazón dejó de latir durante a penas un segundo. Sequedad en la garganta que impedía el paso de la saliva. Y la quemazón en la cara, como si te acabasen de dar la hostia que te dejará marca para el resto de tu vida. Sólo encontraste refugio en tus zapatos. Ahora te da miedo abrir la boca, tienes pánico a que te miren como si de ser un bicho se tratase. Pides perdón constantemente y no miras a los ojos con firmeza, por si vuelven a pisarte. Y yo; yo podría sostener tu mirada durante más de mil horas, escucharte hablar de ti más de dos mil, y cuidar de cada rincón de tu ser eternamente. Incluso llegarás a cruzarte con quien no pueda sujetar toda tu luz, tu grandeza y la paz de tu presencia, básicamente porque no saben sujetarse a ellos mismos. ¿De verdad sigues pensando que nadie querría aguantarte?

ROTO

Mil pedazos  en el suelo de mi pecho cada vez que te alejas,  me alejo. De dos centímetros a mil kilómetros, y viceversa al pestañear. Rompe y arregla, roto lo arreglado y reparado lo destrozado. Dolor.

TORMENTA

Rompe el cielo y cae la luz, se abre paso entre las nubes, entre los truenos, el escandaloso silencio que la lluvia deja tras de sí. La calma inquieta de los charcos, el sufrir de los árboles; de las hojas al ser arrancadas de sus ramas. Sólo los pequeños recovecos de algún lugar oculto sirven de refugio para las almas errantes y abatidas por la fuerte tormenta que sus corazones cargan.

DESORIENTACIÓN

Me he parado a pensar en qué podría escribir esta vez, como cada día, de camino a casa; pero me he visto obligada a interrumpir esta acción. Un rayo de sol daba fuertemente las buenas tardes a mi ojo, y con un gesto inmediato tuve que apartar la vista, dirigiéndola involuntariamente al otro extremo del paisaje, y por un escaso y escurridizo segundo me he sentido desorientada,  no he reconocido mi sitio. Puntiagudos e inmóviles gigantes hicieron de mí lo más diminuto. Sentí verdadero pavor hacia el algodón flotante del azulado techado, que envolvía (como si de una cúpula se tratase) todo mi alrededor. También había seres robustos y con cabeza agitada por algún tipo de fuerza invisible e invencible. Verdaderamente sentí el más absoluto sentimiento de perdición, y, acto seguido, me invadió una frívola duda, que hizo que olvidase la vida mientras aún surcaba los recovecos de mi mente "¿Qué hago aquí?"